Y se hizo la luz

Por: Carlos Velázquez Hernández el 11 de Enero de 2014.

Rostros alegres en vecinos de los barrios, María Luisa, La Reforma y Marañón en el Municipio de Puerto Padre, vieron por primera vez los beneficios de la electricidad, al quedar conectadas sus viviendas al sistema eléctrico nacional, en saludo al 55 Aniversario del triunfo de la Revolución cubana.

El mejoramiento de las condiciones de vida para los hombres y mujeres del campo, lo que se traduce en la dignificación de los quehaceres domésticos, la recreación y el entretenimiento de la población así como mejoras económicas de estas zonas, son objetivos  en los que se sustentan los programas previstos para estas comunidades.

 La siembra de 94 postes para el soporte de las líneas primarias de 13,2 KW y más de 3 kilómetros de secundarias, el montaje de  10 transformadores da respuesta energética a 177 clientes (viviendas) Globalmente, el importe de la inversión ascendió a 45 mil 118.16 pesos en moneda nacional y 25 mil 813.93 CUC, para un monto total de 70 mil 932.09 pesos, de acuerdo con los datos ofrecidos por el ingeniero Armando Villanueva López, director de la Unidad Básica Electrica  de Puerto Padre.

El programa de electrificación que se lleva a cabo en el país en los bateyes de centrales azucareros, cumple el propósito  de continuar mejorando las condiciones socioeconómicas de las personas que habitan en estas localidades, en la misma medida en que la nación disponga de los recursos para continuar la solución de un viejo anhelo que de momento no puede llegar a todos en masa,  acorde con el desarrollo equilibrado del país.

En María Luisa, Marañón y La Reforma en ese anochecer se hizo la luz y sus pobladores sienten la satisfacción de la obra de la Revolución por la que  cada día entregan lo mejor de su existencia.

En 1911 se instaló en un central azucarero al norte de la antigua provincia de Oriente (central Delicias), de propiedad norteamericana, un generador eléctrico con una capacidad de generación que podía satisfacer la demanda del alumbrado, los motores del central, el alumbrado del batey y dos centrales vecinos. Sus servicios se fueron ampliando hasta llegar a suministrar la energía eléctrica a varios pueblos vecinos, así como a las ciudades de Gibara y Holguín, sirviendo a una población de unos mil habitantes.