Por: Maricela de los Ángeles Hernández Jiménez el .
Gismy Peña Rodríguez, se distingue por su pasión al trabajo y la solución a los problemas que le plantean en cada visita que hace a las federadas, es incentivo que no puede desligar a su labor como Secretaria General de la Federación de Mujeres Cubanas,(FMC) organización que desde los 14 años integra y que hoy dirige con profesionalidad.
Su andar por lugares intrincados, a
cualquier hora, para visitar a sus federadas y conocer cómo viven, qué
piensan, qué necesitan, está entre sus propósitos como máxima
representante de esa estructura, en Puerto Padre; así lo demuestra
cuando llega con su amplia sonrisa hasta donde están las ancianitas y le
contagia de su alegría, en el diálogo sobre la vida diaria y cómo
vivirla mejor, escuchándole sus problemas y cómo enfrentarlos, pero
sobre todo dialogando sobre los logros alcanzados por la FMC.
Gismy es de naturaleza afable, mujer que pone entusiasmo a cada tarea que acomete y es capaz de que quienes estén a su lado se sumen y emprendan juntos el trabajo, sin importar que no tiene un transporte para llegar al destino o que no han comido nada durante todo el día, pero el compromiso de dialogar con sus mujeres, como ella les dice con cariño, muestra la sencillez y su protagonismo como dirigente.
Durante dos mandatos es la delegada de la circunscripción donde vive, allí junto a sus electores ha sido capaz de involucrarlos en las acciones comunitarias, en la atención a cada planteamiento, y eso la hace sentirse orgullosa de representarlos ante el parlamento en el municipio.
Aunque dedica casi todo su tiempo al trabajo nunca descuida la familia, máximo tesoro que encierra en su pecho y que disfruta plenamente, estar junto a su mamá, sus hermanas y hermanos es un placer inigualable, madre intachable, educó a su hija Zulema María con el mismo tesón y pasión que recibió de sus padres, por eso es un placer inmenso haberla visto desarrollarse en sus estudios y darle la alegría de hacerse médica y madre.
Mucho pudiera decirse de Gismy, de su patriotismo, abnegación, integridad, de sus logros como trabajadora en el sector educacional y en la FMC, pero sabedora de que a ella no le gustan las alabanzas, me atrevo a aseverar que muchas sentimos orgullo de tenerla como Secretaria General de la Federación de Mujeres Cubanas.
Gismy es de naturaleza afable, mujer que pone entusiasmo a cada tarea que acomete y es capaz de que quienes estén a su lado se sumen y emprendan juntos el trabajo, sin importar que no tiene un transporte para llegar al destino o que no han comido nada durante todo el día, pero el compromiso de dialogar con sus mujeres, como ella les dice con cariño, muestra la sencillez y su protagonismo como dirigente.
Durante dos mandatos es la delegada de la circunscripción donde vive, allí junto a sus electores ha sido capaz de involucrarlos en las acciones comunitarias, en la atención a cada planteamiento, y eso la hace sentirse orgullosa de representarlos ante el parlamento en el municipio.
Aunque dedica casi todo su tiempo al trabajo nunca descuida la familia, máximo tesoro que encierra en su pecho y que disfruta plenamente, estar junto a su mamá, sus hermanas y hermanos es un placer inigualable, madre intachable, educó a su hija Zulema María con el mismo tesón y pasión que recibió de sus padres, por eso es un placer inmenso haberla visto desarrollarse en sus estudios y darle la alegría de hacerse médica y madre.
Mucho pudiera decirse de Gismy, de su patriotismo, abnegación, integridad, de sus logros como trabajadora en el sector educacional y en la FMC, pero sabedora de que a ella no le gustan las alabanzas, me atrevo a aseverar que muchas sentimos orgullo de tenerla como Secretaria General de la Federación de Mujeres Cubanas.
Gismy es una gran mujer que ha dedicado su vida al bien de todos, ella es defensora de las mujeres, amiga incondicional de todos, sensible a los problemas de los demás y amante entrañable de la familia y de su hija.
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