En sus recuerdos y el de las puertopadrenses están claras las enseñanzas que legaron Lidia Jareño, Esperanza Freijoso, Matilde Miranda, Paula Labrada, quienes ocuparon cargos en la estructura municipal.
En su memoria y formación revolucionaria
están los trabajos voluntarios para la recogida de papa, tomate,
algodón o la trilla de café, la preparación para la defensa, entre otras
tareas que le daban realce a la inclusión de las federadas al trabajo y
a la sociedad, rompiendo con perjuicios de la época pasada.
Los caminos rurales son fieles testigos del trabajo desarrollado por quien se consagró para reconocer a esas personas sencillas, pero fieles al legado de la Revolución.
Waldina es de las personas que tienen el don de alcanzar todas sus metas. Ha estado en los momentos de convocar a las mujeres para realizar labores en la agricultura, de incorporarlas a las cooperativas estatales o de la ANAP. Ella junto a sus muchachas del secretariado dieron cumplimiento a la continuidad de lo pedido por el Comandante en Jefe Fidel Castro cuando se creó la organización no gubernamental que se sustenta a partir de las aportaciones de las propias federadas.
En la dirección de la FMC en el municipio Puerto Padre, tuvo momentos especiales cuando Vilma Espín visitó el territorio y dialogó con las mujeres del taller de confecciones textiles Ana Betancourt, o en el encuentro con las federadas de Maniabón, donde se comprometieron a defender la organización y la Revolución.
En este período Waldina junto al equipo de dirección inició y trabajo mucho a favor de la equidad de género y por la inclusión de las mujeres en todas las esferas; así como en la atención a las familias disfuncionales, a la niñez y ancianidad.
Conoció a Fidel en la Universidad de Oriente en un encuentro con los alumnos de Filosofía y Marxismo, y siente ese día como uno de los más grandiosos, luego vinieron otros momentos en congresos de la organización.
“Es importante destacar que la FMC es una organización de masas, que desarrolla políticas encaminadas a lograr el pleno ejercicio de la igualdad de la mujer en todos los ámbitos y niveles de la sociedad, hecho que se ha logrado desde sus inicios”, confirma hoy Waldina Álvarez Santiago.
Educadora por excelencia. Su profesión le dio la posibilidad de emplear los conocimientos en la labor con las masas, alcanzando los retos propuestos lo que le sirvió para que la estimularan con la Orden Ana Betancourt, que otorga el Consejo de Estado y la Medalla 23 de agosto.
Hoy con más de 65 años de edad Waldina se mantiene activa como asesora del trabajo político e ideológico en la Dirección Municipal de Educación, donde desempeña una labor de preparación de profesionales del sector y de las nuevas generaciones.
Los caminos rurales son fieles testigos del trabajo desarrollado por quien se consagró para reconocer a esas personas sencillas, pero fieles al legado de la Revolución.
Waldina es de las personas que tienen el don de alcanzar todas sus metas. Ha estado en los momentos de convocar a las mujeres para realizar labores en la agricultura, de incorporarlas a las cooperativas estatales o de la ANAP. Ella junto a sus muchachas del secretariado dieron cumplimiento a la continuidad de lo pedido por el Comandante en Jefe Fidel Castro cuando se creó la organización no gubernamental que se sustenta a partir de las aportaciones de las propias federadas.
En la dirección de la FMC en el municipio Puerto Padre, tuvo momentos especiales cuando Vilma Espín visitó el territorio y dialogó con las mujeres del taller de confecciones textiles Ana Betancourt, o en el encuentro con las federadas de Maniabón, donde se comprometieron a defender la organización y la Revolución.
En este período Waldina junto al equipo de dirección inició y trabajo mucho a favor de la equidad de género y por la inclusión de las mujeres en todas las esferas; así como en la atención a las familias disfuncionales, a la niñez y ancianidad.
Conoció a Fidel en la Universidad de Oriente en un encuentro con los alumnos de Filosofía y Marxismo, y siente ese día como uno de los más grandiosos, luego vinieron otros momentos en congresos de la organización.
“Es importante destacar que la FMC es una organización de masas, que desarrolla políticas encaminadas a lograr el pleno ejercicio de la igualdad de la mujer en todos los ámbitos y niveles de la sociedad, hecho que se ha logrado desde sus inicios”, confirma hoy Waldina Álvarez Santiago.
Educadora por excelencia. Su profesión le dio la posibilidad de emplear los conocimientos en la labor con las masas, alcanzando los retos propuestos lo que le sirvió para que la estimularan con la Orden Ana Betancourt, que otorga el Consejo de Estado y la Medalla 23 de agosto.
Hoy con más de 65 años de edad Waldina se mantiene activa como asesora del trabajo político e ideológico en la Dirección Municipal de Educación, donde desempeña una labor de preparación de profesionales del sector y de las nuevas generaciones.
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