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miércoles, octubre 19, 2016
Maricela Hernández Jiménez
Jamás imaginó que esas letras grabadas
con tanto amor en viejas libretas, serían revisadas por especialistas de
la Unión de Escritores y Artistas de Cuba (UNEAC).
Rosy es oriunda de la zona de Velasco y allí desde niña escribía poesías que gustaban mucho a sus compañeros de escuela y a maestros.
Entregada por entero a la imaginación y con gran fluidez, Rosy redactaba poemas tanto a las mujeres obreras del campo, como a centros laborales a propósito de alguna efeméride. Hasta que a principios de este año, decidió dirigirse a la UNEAC y empezar a participar en talleres de aprendizaje y en otros eventos.
Así es como salen a la luz sus escritos a Martí, Fidel, cuentos para niños, jóvenes y décimas. Ya se graduó del curso municipal de literatura y forma filas en el grupo Décima al filo, el cual asocia a las mujeres decimistas en Cuba.
La alegría, que impregna al diálogo hace del encuentro con ella una cita inolvidable. Así de singular es esta mujer de mediana estatura, rubia y locuaz, a la que los achaques de la edad, no le impiden seguir escribiendo y asistiendo a encuentros de superación.
Rosy es oriunda de la zona de Velasco y allí desde niña escribía poesías que gustaban mucho a sus compañeros de escuela y a maestros.
Entregada por entero a la imaginación y con gran fluidez, Rosy redactaba poemas tanto a las mujeres obreras del campo, como a centros laborales a propósito de alguna efeméride. Hasta que a principios de este año, decidió dirigirse a la UNEAC y empezar a participar en talleres de aprendizaje y en otros eventos.
Así es como salen a la luz sus escritos a Martí, Fidel, cuentos para niños, jóvenes y décimas. Ya se graduó del curso municipal de literatura y forma filas en el grupo Décima al filo, el cual asocia a las mujeres decimistas en Cuba.
La alegría, que impregna al diálogo hace del encuentro con ella una cita inolvidable. Así de singular es esta mujer de mediana estatura, rubia y locuaz, a la que los achaques de la edad, no le impiden seguir escribiendo y asistiendo a encuentros de superación.
Esperanza es parte del grupo de trabajo
comunitario en Nueve Palmas, donde participa en la organización de
eventos recreativos o culturales. Además asiste a cursos literarios en
Puerto Padre.
Esperanza, confesó, al sitio web de Radio Liberad, sentirse muy feliz y orgullosa de lograr, a sus 59 años de edad, el sueño de su vida: ser escritora.
Esperanza, confesó, al sitio web de Radio Liberad, sentirse muy feliz y orgullosa de lograr, a sus 59 años de edad, el sueño de su vida: ser escritora.
Con la felicidad reflejada en su rostro, sigue escribiendo, regalando
décimas y visitando la sede de la UNEAC en Puerto Padre, porque así es
el amor entre Esperanza y la literatura.
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