lunes, 17 de febrero de 2014

Darletis Leyva González darletislg@rvictoria.icrt.cu     Fuerte de la loma en Puerto Padre


Las Tunas.- A Puerto Padre le nació en el siglo XIX la principal obra arquitectónica exponente de las construcciones militares edificadas en el Caribe. En el punto más alto de la Villa Azul, a 34 metros sobre la superficie del mar, apareció el Fuerte de La Loma, construido en dos etapas: la primera en 1869, con el fin de defender el territorio por mar, constó de una batería y dos baluartes, y la segunda en 1875, con el objetivo de defender la ciudad por tierra, agregándose dos torreones y un tambor.
Su primer nombre fue Castillo Salcedo. En 1895, después de la Batalla de Peralejo, toma el nombre de Castillo Santo Cildes en honor a Fidel de Santos Cildes.

Una comisión del Cuerpo de Ingenieros del ejército español fue la encargada de construir la fortaleza en la loma. Único por su tipología en el país, el Fuerte de la Loma fue construido con materiales abundantes en el lugar, es decir, piedra caliza, cocó, cal, arena y sustancias aglutinantes como la sábila.

El lugar escogido para la construcción del Fuerte era el ideal, desde ahí se dominaba toda la población, la bahía más allá y por detrás de la fortaleza la zona de cultivos.

Registra la historia que a primera hora se abría el portón de la estacada que rodeaba el pueblo y los hombres salían a trabajar, y por la tarde, después de concluida la labor, se cerraba de nuevo. Por la noche no se permitía la salida a nadie, ni en otro horario a ninguna persona que no tuviera relación con el trabajo de campo.

Muchas familias tuneras se establecieron aquí, sobre todo comerciantes que se pusieron al amparo del ejército español.

Pero el Fuerte de La Loma en Puerto Padre cobra notoriedad aquella madrugada del 14 de febrero de 1877. Según narra la historia llovía intensamente y a las cuatro de la madrugada fuerzas del ejército libertador atacaron el Fuerte.

El Mayor General Vicente García, después de la toma de Las Tunas el 23 de septiembre de 1876, planificó el asalto al Fuerte de La Loma. Era Puerto Padre un objetivo de indudable valor para las fuerzas insurrectas.

García organizó una columna de 50 hombres y puso frente a ella al Teniente coronel, jefe del batallón Cabaniguán del Regimiento Tunas, Juan Evangelista Ramírez Romagoza. Se lanzaron los cubanos al asalto y se desarrollaron actos de probado valor, donde incluso Romagoza arriesgó su vida.

Cuando el Sol asomaba, el Fuerte caía ante las fuerzas cubanas. El botín de guerra fue considerable; entretanto, Vicente García había situado sus fuerzas en espera de que el ejército español saliera en defensa del Fuerte para arremeter a puro machete; pero las fuerzas españolas no salieron a defender a sus compañeros. El asalto al Fuerte de La Loma fue un extraordinario triunfo mambí.

El historiador, Francisco de Paula Coronado, dijo años después: “El asalto al Fuerte, o con mayor exactitud, al Castillo de La Loma, en Puerto Padre, es una de las páginas más brillantes que escribió el heroísmo cubano en la Revolución de Yara, no sólo por el resultado feliz de la operación, sino por la forma en que se llevó a término y los momentos en que fue realizado”.

Al terminar la guerra del 68 el Fuerte fue prácticamente abandonado hasta 1895, en que ante la nueva emergencia bélica los españoles procedieron a su reconstrucción y mejoramiento. El encargado de esta tarea fue el ingeniero español Bonet.

Desde su fundación hasta 1898 el fuerte sirvió de prisión a varias personas, cubanos y españoles, acusados de colaborar con las fuerzas del Ejército Libertador o elementos activos de este ejército.

El 21 de mayo de1898 el Fuerte fue abandonado por su guarnición española. El 20 de mayo de1902 el teniente coronel del Ejército Libertador Benito Barceló Pérez izó en el Fuerte la bandera cubana como señal de que Cuba se convertía en República.

En 1907 se concibió el proyecto de trasladar al Castillo de La Loma el hospital Aguilera que radicaba en La Anacahuita, mas esta idea no progresó.

Durante la pseudorepública el Fuerte estuvo abandonado hasta 1958 en que el Club "Todo por Puerto Padre", constituido por elementos progresistas de la burguesía local, reparó el murallón del frente que había sido derrumbado para construir una casa.

A fines de ese año, incontenible ya el auge revolucionario, las fuerzas de la dictadura lo utilizaron como campamento. A partir de entonces el Fuerte fue centro de torturas.

Al triunfar la Revolución, el Fuerte sirvió transitoriamente como cuartel al Ejército Rebelde, y al crearse las Milicias Nacionales Revolucionarias fue usado también como cuartel y centro de diversas actividades.

En 1959 una de las primeras medidas del gobierno revolucionario en Puerto Padre fue restaurar los torreones y proceder al acondicionamiento de toda el área.

El 4 de noviembre de 1981 el Fuerte de La Loma fue declarado Monumento Nacional por la dirección de Patrimonio Cultural del Ministerio de Cultura Cubano, pues constituye una obra de ingeniería desarrollada para su época y los materiales estructurales utilizados han perdurado en el tiempo, también con el sabor de la historia de este país.

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