martes, 4 de febrero de 2014

Por: Julián Puig Hernández el .
Recrear, un arcoiris de opcionesEl fenómeno de la recreación involucra un grupo importante de instituciones en Puerto Padre, pero este objetivo, al parecer, adolece de un elemento enlazador que haga más efectivo ese deseo.
Durante el verano una multitud de personas visita insistentemente las playas del territorio y en ese empeño se invierten importantes recursos, entre los que se incluye al combustible que debe programarse para un parque de transportación que en ocasiones resulta insuficiente...

 sin embargo, este cometido sólo tiene cierta efectividad durante los meses de Julio y de agosto, lo cual resulta contraproducente si tenemos en cuenta que una de las principales bondades de nuestro clima es el abundante sol y aire fresco durante casi todo el año.

Otra de las insatisfacciones está, además, en las instituciones culturales del territorio, cuya programación es sistemática y de calidad, no obstante el público no es todo lo sustantivo que se quisiera, aún cuando se emplean los recursos de divulgación existentes en la localidad.

Por otro lado está el Parque 25 de diciembre, uno de los escasos zoológicos de que dispone el país, ubicado en Puerto Padre, pero la afluencia de público no satisface, del todo,  las expectativas de quienes tienen la responsabilidad de organizar ese complejo aparataje recreativo.

La Dirección municipal de Deportes, por otro lado, ha dispuesto un grupo  de promotores que trabajan en los barrios y su alcance tiene una efectividad importante, especialmente, entre los niños que son muy dados a demostrar sus habilidades.

La Villa Azul tiene, además, un cabaret, Tradiciones, ubicado en el mismo centro de la ciudad y  los fines de semana pueden verse a los jóvenes disputándose una entrada, pero su explotación como centro recreativo necesita de otras argucias del mercadeo.

Existe una discoteca, Sala de Fiestas 1913, en la antigua Colonia Española, que funciona para un selecto grupo de jóvenes que gustan de música ensordecedora y juegos de luces estridentes.

Para los cultores de gustos que perduran ante los tiempos está la Disco Temba, en el patio del Palacio de los Matrimonios, que agota sus capacidades en las primeras horas de la noche.

No obstante a estas insatisfacciones, durante los últimos tiempos, los directivos gubernamentales de Puerto Padre han programado espectáculos multitudinarios en el Estadio de Béisbol, Hermanos Ameijeiras, con un rotundo éxito porque disponen de los atractivos no sólo de la juventud, sino para otras edades menos explosivas. Son los casos del reguetonero  Osmany García y del grupo musical santiaguero Kola Loca.

Por estos días ha surgido otro proyecto recreativo, al amparo de la Empresa Municipal de Gastronomía, Alojamiento y Recreación, EMGAR, y se llama Salsa Blue, que ya goza de preferencias, tal vez por lo inusitado, cercanía del mar u otras propuestas artísticas que se ofrecen en el complejo hotelero Villa Azul – Anacaona, lo cierto es que constituye una opción nocturna muy interesante.
Pudiéramos enumerar otras formas recreativas, llamadas por algunos como pasivas y practican, preferentemente, ancianos, que gustan de juegos como dominó, parchí y damas.

Habría que agregarle, también, la bonanza de los parques, el malecón, y nuestras bases de campismo popular, entre otras; pero todavía nos falta la entidad que promueva eficientemente esas bondades, el hilo conductor que provea a las personas necesitadas de recreación.

Las potencialidades existen, porque además de las instituciones, están los cientos de miles de estudiantes y trabajadores que, sobre todo los fines de semana buscan un lugar donde descargar placenteramente sus energías. ¿Será un proyecto para esos fines? Tal vez, pero Puerto Padre, como dice la canción de Emiliano Salvador, tiene cosas que no las tiene la Habana. De eso se trata.

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