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jueves, agosto 04, 2016
Maricela Hernández Jiménez
En la zona rural El Corojo, inició sus estudios en la escuela primaria Waldemar Díaz, fue ahí donde decidió estudiar medicina.
Al concluir el preuniversitario se le otorgó por sus resultados académicos e integralidad la especialidad de ortopedia, la que concluyó con el merito de mejor estudiante de la ciencia.
Delfín, es sencillo, ama a su familia y por sobre todas las cosas la profesión. Así se distingue entre sus colegas y pacientes que lo buscan para un diagnóstico certero.
Algunos de sus pacientes pudieran testimoniar hoy, como, por ejemplo, el caso de una adolescente de 13 años que llegó accidentada y se lesionó una pierna, o la muchacha en el Mijial que se sometió a varias operaciones para que sus piernas fueran normales como las de sus amigas, muchos son los casos que pudiéramos enumerar pero sabedores de que todos se los agradecen solo hacemos referencias a estos dos que están entre las primeras operaciones que realizó.
La historia que guarda este médico del alma no solo se circunscribe a la medicina, él tiene el orgullo de contar con su hija Niurka, que hoy es doctora en Medicina General Integral y titulada en Higiene y Epidemiología, así como Lariuska la muchacha que cura con sus canciones el espíritu de quienes la escuchan. Ellas son sus dos tesoros. Lo llenan de alegría y lo inspiran a ser mejor persona.
Sus conocimientos no han quedado encerrados en las paredes de su consulta o en los pasillos del hospital Guillermo Domínguez, pues tiene el honor de prestar su sabiduría en países latinoamericanos como Nicaragua y Venezuela, allí siguió siendo el hombre afable y humano que es.
No podemos dejar de mencionar, que por muchos años es profesor titular en su especialidad, a los estudiantes de medicina le brinda todo su conocimiento y experiencia.
Pudiéramos hablar de otros atributos que lo distinguen, sabemos que no le gustan los elogios, así que le permitimos que sea usted doctor quien cuente su historia profesional.
Al concluir el preuniversitario se le otorgó por sus resultados académicos e integralidad la especialidad de ortopedia, la que concluyó con el merito de mejor estudiante de la ciencia.
Delfín, es sencillo, ama a su familia y por sobre todas las cosas la profesión. Así se distingue entre sus colegas y pacientes que lo buscan para un diagnóstico certero.
Algunos de sus pacientes pudieran testimoniar hoy, como, por ejemplo, el caso de una adolescente de 13 años que llegó accidentada y se lesionó una pierna, o la muchacha en el Mijial que se sometió a varias operaciones para que sus piernas fueran normales como las de sus amigas, muchos son los casos que pudiéramos enumerar pero sabedores de que todos se los agradecen solo hacemos referencias a estos dos que están entre las primeras operaciones que realizó.
La historia que guarda este médico del alma no solo se circunscribe a la medicina, él tiene el orgullo de contar con su hija Niurka, que hoy es doctora en Medicina General Integral y titulada en Higiene y Epidemiología, así como Lariuska la muchacha que cura con sus canciones el espíritu de quienes la escuchan. Ellas son sus dos tesoros. Lo llenan de alegría y lo inspiran a ser mejor persona.
Sus conocimientos no han quedado encerrados en las paredes de su consulta o en los pasillos del hospital Guillermo Domínguez, pues tiene el honor de prestar su sabiduría en países latinoamericanos como Nicaragua y Venezuela, allí siguió siendo el hombre afable y humano que es.
No podemos dejar de mencionar, que por muchos años es profesor titular en su especialidad, a los estudiantes de medicina le brinda todo su conocimiento y experiencia.
Pudiéramos hablar de otros atributos que lo distinguen, sabemos que no le gustan los elogios, así que le permitimos que sea usted doctor quien cuente su historia profesional.
Excelente profesional y amigo de mi familia, persona intachable brindando siempre lo mejor de sí, muchas felicidades hermano por el reconocimiento de sus méritos.
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