jueves, 11 de agosto de 2016

 Aquel 2 de febrero de 1966  no fue diferente a cualquier jornada en el mes del amor. Las flores abrieron con belleza incomparable y esparcieron el perfume embriagador que caracterizaría por siempre a Norma Velázquez Peña, quien vió la luz esa fecha  para crecer dando amor y ternura a quienes la rodean.
Con sangre de bailarina heredada de una familia de artistas, Normita, como le llaman cariñosamente...
comenzó su vida laboral con solo 17 años de edad, en la casa de cultura Enrique Peña, de Puerto Padre, donde se desempeñó como instructora de danza.

La dedicación al trabajo, el gusto por el baile y el amor por los niños la hicieron crear el grupo infantil Fantasía, con el cual obtuvo el premio nacional.

La pasión que pone en cada actividad hace de ella una mujer especial y querida por todos. Por más de 20 años laboró en el sector de la cultura en el municipio y la provincia, donde atendió el departamento de creación artística y letras en la Dirección de casas de cultura.

En esta etapa obtuvo todas las versiones de las jornadas cucalambeanas, el Premio Delfín, Imagen y atendió los grupos Molinos de cedros y Danza sol, en el hospital Guillermo Domínguez de Puerto Padre.

Norma Velázquez recibió, además, el Premio nacional de Cultura comunitaria en el 2002, Mujer creadora en el 2006,y el Olga Alonso en el 2009, entre otros reconocimientos y medallas por su trabajo en cultura y el sindicato, muestra de que Normita es esa persona que como semilla creció aprovechando las lindas oportunidades que la vida le dio.

Desde hace 3 años la licenciada en ciencias humanísticas trabaja como asesora de Relaciones internacionales en la Dirección Municipal de Educación, donde atiende también la comunicación Institucional. Aquí vincula el trabajo educativo con el cultural, escribe guiones, dirige eventos y diferentes actividades del sector.

Genuina mujer, a quien solo mirarla basta para sentir que la conoces de toda la vida por la ternura que utiliza en el trato con las personas, es además, amante de los animales, las plantas y los dulces.

Para Norma Velázquez Peña, no existen dudas de que haber nacido en el mes del amor marcó su forma de ser, pues es en febrero desde siempre donde ocurren los eventos más importantes de su vida. Nació  su hijo Camilo Orlando Céspedes Velázquez, es el día del instructor de arte, cumple misión internacionalista en Venezuela y recibe diversos premios.

Ahora sigue trabajando en educación sin perder de vista el quehacer artístico el que no piensa abandonar jamás. Por ello el colectivo de Tarde con mi gente acoge con placer a Normita, el amor en persona.

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