Por: Maricela de los Ángeles Hernández Jiménez.
Maritza Collazo Almaguer, es una mujer sencilla, madre, amiga y compañera. Así la califican quienes la conocen, impresión que confirman los trabajadores de la Unidad Básica de Producción Cooperativa (UBPC) La Horqueta, en el municipio de Puerto Padre, donde se desempeña como administradora.
Maritza Collazo Almaguer, es una mujer sencilla, madre, amiga y compañera. Así la califican quienes la conocen, impresión que confirman los trabajadores de la Unidad Básica de Producción Cooperativa (UBPC) La Horqueta, en el municipio de Puerto Padre, donde se desempeña como administradora.
En la universidad de Ciego de Ávila se formo
como Ingeniera Agrónoma, especialidad que le proporciono adquirir amplios
conocimientos en su etapa de adiestramiento y posteriormente como dirigente en
diversos frentes.
Sí, porque Maritza desde muy joven dirigió el
colectivo de trabajadores del Banco de Semillas en el MINAZ, hoy AZCUBA, jefa
de producción en la
Unidad Básica de Producción Cooperativa de Guabineyón 4, donde
su desempeño originó confianza y calidad en ese renglón para la economía.
Su entrega y destacada participación en cada
tarea posibilitaron que la dirección de AZCUBA en el territorio le solicitará
por su experiencia como agrónoma y dirigente lleve la conducción de la
UBPC La Horqueta, en la localidad de San
Manuel, donde dirige a 146 trabajadores que cada día aportan sus conocimientos a
la tierra y en zafra garantizan la materia prima necesaria para la producción.
El colectivo de la UBPC La Horqueta tiene el
criterio de que Maritza es una mujer consagrada al trabajo, exigente,
preocupada por cada obrero y sus familiares, no escatima tiempo para sus
funciones, es la primera en llegar para comprobar que cada tarea encomendada ha
sido cumplida, felicita al que se distingue, llama a la reflexión a quienes
cometen errores, elementos que la ubican en el gremio como ejemplo de
dirigente.
Aparejada a su labor administrativa, lleva la
conducción del hogar, donde sus 2 hijos reciben el amor de madre y la exigencia
para que sean ejemplos en el trabajo y los estudios, con lo cual se siente orgullosa,
pues su obra ya recibe los frutos, fundamentalmente cuando ve a su hija
dedicada al cultivo de plantas o haciendo injertos a las sepas y cuando la ve
germinar entonces solo piensa en que su niña puede ser su relevo.
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