En febrero es la renovación anual de
licencias, como parte del control internacional a personas que ejercen
ese entretenimiento y donde los patrones son garantes del amparo legal
de quelonios, peces, moluscos y crustáceos protegidos.
De esta manera los integrantes de la Federación de Pesca Deportiva que utilizan embarcaciones menores, no pueden utilizar redes, elementos químicos u otros medios de entrampes, como las denominadas yuas para hacerse de tortugas, una de las especies más depredadas internacionalmente, a pesar de su veda.
En la pesca estatal o privada no hay autorizo para capturar quelonios, en cuya preservación participan funcionarios de la Oficina de Inspección Pesquera, en Las Tunas, con el apoyo de fuerzas de Guardafronteras y los Destacamentos Mirando al Mar, que vigilan entre La Herradura y Punta de Corella, al norte de Puerto Padre.
Los polos costeros con mayor cantidad de afiliados a la pesca deportiva resultan El Socucho, Cayo Juan Claro, La Boca, La Jíbara y El Boquerón, donde las diferentes generaciones han sido hereditarias de prácticas ancestrales para extraer lo mejor sin afectar el medio,
A partir de ese razonamiento es que cada día se echan a la mar casi un centenar de hombres, quienes seleccionan lo mejor y dejan para mañana, según aprendieron del viejo Mateo Ramos, el erudito popular, quien fomentó una familia de pescadores en El Boquerón, sede a inicios de los 60 de la primera cooperativa no agropecuaria del oriente cubano.
En el establecimiento Juanito Mora de la ciudad de Puerto Padre, todavía predominan descendientes de pescadores que habitaron el litoral de la ciudad marina desde la antigua Playita hasta el entronque con la carretera El Socucho, uno de los sitios más pintoresco para divisar el rumbo por donde navegó Cristóbal Colón en su paso obligado por la zona norte cubana.
Las pequeñas embarcaciones de propiedad individual o de familias son muy comunes en amarraderos típicos que permiten identificar a Marilú, El horizonte, La dicha, El Regreso, El embate y otros, también, hermosos, como los matices que procuran los barqueros antes del registro para echarse a la mar.
De esta manera los integrantes de la Federación de Pesca Deportiva que utilizan embarcaciones menores, no pueden utilizar redes, elementos químicos u otros medios de entrampes, como las denominadas yuas para hacerse de tortugas, una de las especies más depredadas internacionalmente, a pesar de su veda.
En la pesca estatal o privada no hay autorizo para capturar quelonios, en cuya preservación participan funcionarios de la Oficina de Inspección Pesquera, en Las Tunas, con el apoyo de fuerzas de Guardafronteras y los Destacamentos Mirando al Mar, que vigilan entre La Herradura y Punta de Corella, al norte de Puerto Padre.
Los polos costeros con mayor cantidad de afiliados a la pesca deportiva resultan El Socucho, Cayo Juan Claro, La Boca, La Jíbara y El Boquerón, donde las diferentes generaciones han sido hereditarias de prácticas ancestrales para extraer lo mejor sin afectar el medio,
A partir de ese razonamiento es que cada día se echan a la mar casi un centenar de hombres, quienes seleccionan lo mejor y dejan para mañana, según aprendieron del viejo Mateo Ramos, el erudito popular, quien fomentó una familia de pescadores en El Boquerón, sede a inicios de los 60 de la primera cooperativa no agropecuaria del oriente cubano.
En el establecimiento Juanito Mora de la ciudad de Puerto Padre, todavía predominan descendientes de pescadores que habitaron el litoral de la ciudad marina desde la antigua Playita hasta el entronque con la carretera El Socucho, uno de los sitios más pintoresco para divisar el rumbo por donde navegó Cristóbal Colón en su paso obligado por la zona norte cubana.
Las pequeñas embarcaciones de propiedad individual o de familias son muy comunes en amarraderos típicos que permiten identificar a Marilú, El horizonte, La dicha, El Regreso, El embate y otros, también, hermosos, como los matices que procuran los barqueros antes del registro para echarse a la mar.
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