El desempeño del periodismo en el nuevo contexto impone desafíos que van más allá de las formas de decir, y persiguen la conquista de audiencias, lectores y televidentes.
La profesión, exige apego, compromiso y lealtad, porque hacer periodismo es examinar la realidad con esa lupa necesaria para que no escapen detalles. Las y los periodistas tienen por demás encargo ciudadano, que no se posterga, ni reemplaza.
Cada jornada trae nuevas encomiendas, y a ellas hay que ir con las mentes frescas y la mirada pulcra para dar después a los públicos la valoración de los hechos desde una perspectiva clara y directa.
Las tendencias de hoy se dirigen a la formación de una cultura de participación ciudadana, que no es más que gobernantes y gobernados confluyan en la toma de decisiones para cambiar realidades en aras de una mejor vida en colectividad.
Con aires renovadores en las maneras de hacer, el periodismo no pierde su esencia, ni deja de ser, como le calificara Gabriel García Márquez “el mejor oficio del mundo”.
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