Es un hombre de poca comunicación y 
atribuye esto a su origen campesino. Pero, una vez que inicia el diálogo
 queda el oyente pegado a tantas historias que dejan claro la voluntad 
del ser humano por hacer mucho en bien de la sociedad.
Yoni Pérez Pérez, uno de los mayores productores de leche vacuna en el municipio de Puerto Padre...
 
comenzó en el mundo de la ganadería con 
apenas 6 años de edad. De  la mano de su padre le nació el amor por la 
tierra y los animales.  
Las enseñanzas de la niñez valieron para
 que tomara camino propio y se dedicara a las labores en 13,42 
hectáreas, recibidas en usufructo y destinadas a la ganadería.
Él
 pertenece a la  Cooperativa de Créditos y Servicios, (CCS) René Pérez 
Alonso, de la Asociación Nacional de Agricultores Pequeños, (ANAP); y es
 delegado a la asamblea provincial de la estructura campesina, en Las 
Tunas, previa al Onceno Congreso, en mayo  próximo.
Yoni atiende 
70 reses, a las cuales garantiza caña, kin grass y otros forrajes, 
además de piensos y alimentos de la industria azucarera que le entrega 
la cooperativa.

 
El mundo de la ganadería, es su vida, amanece con las cántaras en la 
mano, llamando a Margarita u otra vaca; así transcurre el día, atareado,
 guiando a sus animales hacia la zona de pastoreo, sembrando, regando 
agua a los cultivos o pensando en ¿cómo mejorar el trabajo? 
“Es 
que a mí no me gusta entregar leche con indicadores malos, la calidad es
 lo primero. De la atención a los animales se obtiene el mejor producto,
 yo soy así” enfatizó Yony.
“Claro, esto que hoy tengo no hubiese
 sido posible sin la ayuda de mi papá y de mi mamá, hoy es ella quien me
 acompaña siempre”, precisó.
Con 40 años de edad, casi toda su 
vida dedicada al trabajo en el campo, Yoni Pérez Pérez, quien reside en 
Parada, a 2 km de la ciudad de Puerto Padre, aspira a incrementar la 
tierra a través del Decreto Ley 300 del Ministerio de la Agricultura, 
para así aumentar la masa y con ello la obtención de leche.
Para 
él ser productor no es tarea fácil, ya que no hay descanso, pero, eso no
 quiere decir que no comparta con sus amigos en las actividades de la 
cooperativa, en talleres de capacitación que ofrece la ANAP, o “en 
cumpleaños de la familia, para todo existe tiempo, solo hay que 
organizarse”, argumentó.
Entre sus mayores placeres sobresale el 
admirar a sus animales cuando se alimentan; “me gusta verlos en buen 
estado, saber que están saludables y que crecen”. Y es así, de ello da 
fe el andar provechoso en la ganadería. 
Yoni cuenta además que 
cuando una vaca da a luz, está cerca por si tiene que ayudarla, y 
precisa “uno aquí aprende de todo, hasta cosas de veterinaria”. 
Entre
 sonrisas y anécdotas transcurre el tiempo, y fluye la conversación, 
aunque al principio el protagonista de esta crónica confesó ser de pocas
 palabras. Yoni Pérez Pérez es de los hombres que  se forjan entre 
ganado y en campo abierto.
 
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