miércoles, 19 de octubre de 2016

 El amor y entrega a la Pedagogía la atrapó cuando apenas abandonaba la adolescencia. Cuarenta y dos años después, siente la misma necesidad de superación constante, igual sed de conocimiento de las particularidades psicológicas y sociales de sus educandos, a quienes considera su familia grande.

A la Máster en Ciencias Pedagógicas Beatriz Soto Vargas (BSV), la encontré en la Escuela Pedagógica Rigoberto Batista Chapman, de Puerto Padre...
donde ejerce como profesora de Español y Literatura, y por supuesto que el dialogo se impuso.

PER: El ejemplo personal es la mejor muestra a seguir por los más de seiscientos jóvenes que se forman como maestros. ¿Qué opinión tiene al respecto?

BSV: Predico con el ejemplo, soy una profesora de experiencia que gusta mucho el intercambio con los estudiantes y profesores noveles, a los que le he tratado de transmitir los mis conocimientos, tanto metodológicos, patrióticos, ideológicos. Encamino el trabajo de la escuela con la ayuda de otros compañeros, creo que la futura generación de maestros está formada, tenemos que depositar confianza en los jóvenes que estamos preparando.

PER: ¿En estos 42 años de labor ininterrumpidas algún momento de flaqueza?

BSV: Nunca he tenido momentos de flaqueza. A mi hija le inculqué el amor por la pedagogía y la encaminé en la profesión, aunque es veterinaria impartió la docencia, mi familia es de docentes. Aún en el período especial cuando muchos colegas abandonaron la profesión y se fueron a cumplir otras actividades mejor remuneradas, me mantuve siempre firme en esta escuela educando, formando a los estudiantes.

PER: ¿Eso habla de amor sincero por la profesión?

BSV: Si, es amor sincero desde los 16 años me entregué a ella, sin tener la edad para trabajar comencé en las escuelas en el campo por necesidad del país, di mi paso al frente estando en secundaria básica y a partir de ese momento me dediqué a profundizar en mis estudios, me hice profesora técnica en el Instituto Politécnico de Economía, luego licenciada y ahora máster en Ciencias Pedagógicas.

PER: Trabajar la lengua materna, asignatura priorizada del Ministerio de Educación, le da cierto privilegio para interactuar con los estudiantes. ¿Cómo es esa experiencia?

BSV: Todavía nuestros estudiantes tienen fisuras en la ortografía, pero ponen su empeño para resolver el problema. Los profesores buscamos estrategias en la escuela para que se gradúen con el mínimo de errores. En las clases se hacen intercambios tanto escritos como orales de las vivencias personales, de forma pragmática, viva, de cómo actuar en cualquier momento ante una situación que pueda darse en una escuela con un niño o la familia. Yo aprendo mucho todos los días al dialogar con los estudiantes.

Ejemplos como el de Beatriz Soto Vargas, le hacen bien al magisterio, es necesario se multipliquen en los muchachas y muchachos para continuar las tradiciones pedagógicas del municipio de Puerto Padre.

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