Por: Jorge Luís Peña Reyes http://www.radiolibertad.cu
De los músicos que exhibe La Villa de los Molinos, pocos son tan completos como Gerardo Corredera García.
Su carrera se escinde en tantas facetas como ha podido desarrollar este virtuoso músico villazulino, partícipe de los más importantes proyectos musicales a veces como fundador y otras, entusiasta aglutinador de talentos de renombre nacional y extranjero.
Su carrera se escinde en tantas facetas como ha podido desarrollar este virtuoso músico villazulino, partícipe de los más importantes proyectos musicales a veces como fundador y otras, entusiasta aglutinador de talentos de renombre nacional y extranjero.
En él confluyen maestros como Luís
Ignacio Díaz, Enrique Puentes, Ana Nadal, Amado Puig padre y tantos
otros imprescindibles de la música en el territorio.
Otros como Emiliano Salvador, Tomasito Velázquez, Juan Pablo Torres fueron sus colegas en varios proyectos musicales desde Ases Juveniles, Capri, Solimar, además Copacabana, Embajadores del Ritmo o la Banda Municipal de Conciertos.
Su inclinación por la orquestación y la composición hacen que hoy muestre una notable huella con canciones que han quedado para siempre en la cancionística nacional, como el tema Angélica, finalista en el Concurso Adolfo Guzmán interpretada por Héctor Téllez.
Otros temas entre los que resalta: “Ya se nos fue el amor” hicieron época a finales de los setenta y forman parte del repertorio de varios intérpretes cubanos.
Fundador del movimiento de la trova en Puerto Padre y con más de 90 canciones registradas en la Agencia Cubana de derecho de autor, Corredera prestigia el movimiento musical.
Sobresalen sus más de 650 arreglos para orquesta, de pequeño y gran formato, además de canciones, guajiras, sones, aunque tiene una marcada tendencia a la canción.
Durante el 20 aniversario del Programa De la Gran Escena fungió como asesor musical del cuarteto ocasional Divas que conformaron Sandra Orce, Sandra Fernández, Zoe Caneyes y María Victoria Gil. Actuación que puso de pie a todo el auditorio en un cerrado aplauso de emoción.
Su labor se extiende a instructor pues ha sido profesor del Centro profesional de música con talleres de guitarra y orquestación; en ocasiones en su misma casa.
Su sala es un pequeño estudio en el que trabaja sin fatigas en pro de la perfección y la limpieza del sonido.
Sus espacios han sido importantes en la animación cultural de la ciudad, transitando por ellos disímiles unidades artísticas y complacidas diversas exigencias del público participante.
Aun cuando este hombre no se siente satisfecho con la promoción de su obra, y las pocas oportunidades que existen para los jóvenes músicos, Corredera ha hecho tanto por la música que se ha ganado un lugar de prestigio en la historia musical de nuestro país
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